Como sabéis, me gusta hablaros de las plantas que he tenido y de sus cuidados siempre desde mi experiencia.
Con este post quiero celebrar que POR FIN he conseguido dar con la tecla de la Peperomia Watermelon. Es, sin duda, una de mis plantas favoritas: sus hojas me parecen espectaculares, no ocupa demasiado y el factor definitivo: me costó muchísimo encontrar la primera.

Y creo que precisamente el problema fue ese: me costó tanto hacerme con ella que me volví loca. Cuidados poco eficientes y no adaptados a sus necesidades. Y para colmo las condiciones de mi casa en verano: 30ºC de temperatura constante: no llegó a Septiembre. ¡Pero no desistí! En octubre llegó una nueva a mi casa y decidí cambiar ciertos hábitos, probar cosas nuevas.
Y aquí estoy ahora, lista para dar algunas recomendaciones. Creo que puedo decir que está contenta: hasta me ha sacado dos “flores”. Son poco decorativas pero oye, ¿y la ilusión que hacen?
En primer lugar, os voy a contar un poquito más sobre la Peperomia argyreia o sandersii (watermelon para los amigos). Es originaria de las zonas tropicales del continente americano: especialmente Brasil, Bolivia, Venezuela y Ecuador. Es una planta de porte bajo (máximo 25-30 centímetros).
La Peperomia watermelon recibe ese apodo por el dibujo tan original de sus hojas, que recuerda a una sandía. De colores verde y plata, su follaje es denso pero delicado (las hojas se caen con facilidad si tiras de ellas). Los tallos son granates y aunque normalmente están ocultos, esto le da una gracia (aún más) especial.

Y ahora, al turrón!!
- Luz: la Peperomia watermelon prefiere gran cantidad de luz indirecta pero puede aguantar condiciones algo más oscuras. Eso sí, siempre hay que evitar el sol directo ¡sus hojas se queman con muchísima facilidad!
- Riego: ¿os habéis fijado en que sus hojas son carnosas? eso es porque almacena bastante agua en ellas, eso quiere decir, que debemos controlar mucho el riego. Yo siempre espero a que la tierra se seque completamente antes de meter a remojo. ¡Pero cuidado! la humedad debe ser lo más elevada posible (y aquí os doy el quid de la cuestión). Me esmero a diario por pulverizarla (algo que no hice con la primera) y lo está agradeciendo muchísimo, especialmente en un clima tan seco como el de Madrid. Recordad que viene de un clima tropical 😉
- Temperatura: De nuevo, teniendo en cuenta su origen, las temperaturas más adecuadas para la Peperomia watermelon son las templadas: entre 18 y 25ºC es lo ideal. Por debajo de los 15ºC se resienten mucho y por encima de los 35º sus hojas se pueden secar de forma irreversible.
- Floración: como os comentaba antes, sus flores son verdes y en forma de “palito” (para entendernos). No tienen valor decorativo alguno: ¡bastante tiene esta planta con sus espectaculares hojas!
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¡Nada más por hoy! Espero que os haya servido de ayuda. Y como siempre, aquí os dejo algunas fotos para que encontréis la mejor inspiración 😉



