Guía paso a paso para aprender a regar tus plantas (Parte III)

Hasta ahora hemos visto cómo reconocer si es el momento de regar o no. También hemos aprendido sobre la importancia del agua y cómo usarla en los distintos casos.

Por último, en este post os quiero hablar de los recipientes. Las macetas no sólo son bonitas o feas. Su morfología afecta a nuestra planta y debemos regar sabiendo qué pasará con el agua que sobre:

1. El tamaño importa:

Conjunto de macetas

El tamaño del recipiente debe ser el adecuado para cada tipo de planta. La maceta debe garantizar el reparto del agua en las raíces. Si la maceta es demasiado pequeña, las raíces pueden quedar anudadas, sin espacio ni oxígeno y será mucho más fácil encharcarlas. Por el contrario, si es demasiado grande, puede que el agua no llegue hasta ellas provocando sequedad.

¿Cómo puedes averiguarlo?

    • Si mueves un poco la tierra y sólo ves raíces enredadas, es hora de cambiar la maceta. Lo ideal es hacerlo a otra que tenga aproximadamente 2 o 3 cm más de diámetro que la que tienes ahora. En muchas plantas recomiendan el trasplante en primavera cada 2 años, pero como siempre digo: no hay fórmulas mágicas. Mejor observa lo que necesita tu planta.
    • Si crees que la maceta es demasiado grande (mucho volumen de tierra limpia de raíces), es mejor que busques una un poco más pequeña. El agua y los nutrientes se podrían estar perdiendo sin llegar a las raíces. Cámbiala de recipiente y observa durante unas semanas qué pasa. Si a la planta le ha gustado el cambio pronto lo demostrará.
2. Observa la parte de abajo de tu maceta y el material.
Drenaje en maceta blanca
Ejemplo de drenaje en el fondo de la maceta

Tipos de macetas:

    • Maceta con uno (o varios) agujeros debajo: este tipo de recipientes son muy útiles para controlar el riego de encharcamiento. Al echar el agua, ésta humedece la tierra y el exceso cae hasta el fondo de la maceta, saliendo por el agujero. Esto hace que sea un poco más difícil que las raíces queden en contacto con agua estancada. Para este tipo de macetas existen unos platos (de todas las formas, colores y tamaños) o cubre macetas. Debes poner uno u otro bajo tu maceta para evitar que se moje el suelo o la mesa sobre la que tienes tu planta. Mis favoritas son estas macetas de Ikea. Sirven de maceta, portamacetas
    • Macetas estancas: pueden actuar como cubre macetas o como maceta directamente. Si trasplantas tu planta a un recipiente de este tipo, debes usar algún tipo de drenaje. Antes de echar la tierra, sobre la base de la maceta, pon piedras volcánicas o cualquier tipo que drene. De esa forma, el exceso de agua de nuevo caerá y se colará hasta el fondo de las piedras, evitando que se quede en las raíces.
    • Macetas con autorriego: si lo que quieres es despreocuparte durante más tiempo, existen macetas con un doble fondo que esconde un depósito de agua. El depósito se conecta a la tierra mediante unos cordones que ejercen de “conectores” entre la planta y el agua. Mediante un indicador, la maceta te mostrará cuándo debes volver a llenar el depósito. Este sistema de riego es igualmente válido (¡aunque para mi menos divertido!) pero debes tener en cuenta que el precio de estas macetas es más elevado y la oferta de colores, tamaño etc, más reducida.

Mi elección personal son estas macetas de Ikea: tienen buen tamaño por lo que sirven de macetero pero también de maceta ya que tienen agujero (¡mucho más seguro para tus plantas!). Además, en su módico precio incluyen un plato que recoge el agua que pueda filtrar por debajo. ¡Todo un chollo vaya!

En próximos posts te explicaré cómo puedes hacer una maceta con autorriego diy o sistemas caseros para regar las plantas cuando te vayas de vacaciones.

Espero que este post te haya servido de ayuda y te haya dado un poco de “luz” en la iniciación del cuidado de tus plantas. Todos hemos estado algo perdidos al principio. Lo importante es poco a poco vayas aprendiendo a entender lo que cada planta necesita. Date tiempo ¡es mucho más fácil de lo que te imaginas!